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  • Writer's pictureArmando Delgado

LA IMPORTANCIA DEL SALARIO EMOCIONAL EN LA GESTÓN DEL TALENTO

No todo es dinero lo que se ve en la nómina a finales de mes. El salario emocional juega un papel importante en la motivación e implicación de la persona respecto a la organización.


Según un reciente estudio elaborado por Towers Perrin, sólo un 19% de los empleados españoles se sienten totalmente comprometidos con la empresa para la que trabajan. El salario emocional es el incentivo más solicitado en la gestión del talento.

A lo largo de los siguientes posts hablaremos de la gestión del capital humano y el talento en la empresa. Si te interesa el tema, descarga nuestra guía gratuita sobre gestión del talento:


Los trabajadores no demandan un aumento de sueldo como sucedía en las tres décadas precedentes. En esta nueva era, los profesionales buscan otros alicientes, siempre, claro está, que sus condiciones de trabajo sean apropiadas y justas. Su percepción del mundo laboral, de sus responsabilidades y de las de la empresa están cambiando, y esta transformación viene de la mano de las emociones.


Sólo un aumento de salario ya no es suficiente para retener a un trabajador, de ahí la importancia de la motivación a la hora de gestionar el talento en las organizaciones. Pero, ¿qué motiva a los trabajadores hoy en día?

  • Medidas laborales más flexibles.

  • Beneficios no monetarios.

  • Reconocimiento y valoración.

  • Autonomía y responsabilidad.

Garantizar el compromiso y permanencia en la empresa, haciendo una adecuada gestión del talento, depende del salario emocional. Es decir, está en función de todos los beneficios que el trabajador recibe como contraprestación por su trabajo que no pueden medirse fácilmente en términos económicos, pero que le reportan una satisfacción que fortalece su vínculo con la empresa.


La retribución emocional tiene mucho que ver con el ambiente de trabajo, la relación con los superiores, con las medidas de conciliación y la flexibilidad, los días de vacaciones y permisos adicionales, las políticas de igualdad, planes de reconocimiento, la formación y gestión de la carrera profesional (la alternativa más motivadora para un 60%), guarderías, coches de empresa (la opción preferida por un 91%), gimnasio, transporte gratuito, viajes, ordenadores o electrodomésticos para el hogar (el incentivo que elegiría el 41%), etc. Todas ellas aplicables en las empresas, según sus necesidades, sus prioridades e incluso, sus medios para llevarlos a cabo.


De hecho, muchas de estas medidas no implican un coste para la organización, o su impacto económico no es significativo. Sin embargo, en todos los casos, su efecto sí que tiene una incidencia reseñable en la cuenta de resultados.




El salario emocional, factor diferenciador

¿Quién iba a decirles a los empresarios de los noventa que en esta década el factor diferenciador sería algo intangible? Si hace no muchos años las subidas de sueldo eran la moneda de cambio para atraer a los mejores profesionales y retener a los empleados más cualificados, hoy la gestión del talento se ha sofisticado bastante, debido a la nueva mentalidad y a la evolución de la sociedad y sus valores.

Prima la calidad ante la cantidad, el tiempo libre se valora más que nunca y en el trabajo se busca implicación. Hoy en día, a los trabajadores no les mueve el aliciente puramente económico, sino una combinación de beneficios que cubran todos sus intereses. La pelota está en el tejado de las empresas que deben procurar:

  • Reconocer los logros de los empleados.

  • Satisfacer necesidades personales.

  • Velar por los intereses familiares, y no sólo profesionales, de sus empleados.

Gestionar el talento requiere de saber reconocer y valorar la retribución emocional. Sólo así se puede lograr el objetivo de retener el talento, reducir la rotación de personal lograr la satisfacción de las personas.

Así lo demuestran los datos extraídos de un estudio elaborado por Ifrei y Edenred sobre la gestión de talento, motivación y salario emocional:

  • Los entornos laborales que favorecen la conciliación incrementan el compromiso de los empleados hasta en cuatro veces.

  • Los entornos laborales contaminantes multiplican por once la intención de los empleados de abandonar la empresa.

  • Los empleados sin hijos:

    • Suelen mostrar un menor compromiso con la empresa.

    • Perciben menor salario emocional.

    • Suelen ser más críticos con la conciliación y presentar una mayor insatisfacción a este respecto.

  • Los hombres muestran, como regla general, menos compromiso con la empresa a la vez que les caracteriza una mayor insatisfacción con la conciliación. Además, perciben menor salario emocional que las mujeres.

  • El 80% de las personas de edades comprendidas entre los 29 y 47 años que trabajan en entornos laborales que dificultan sistemáticamente la conciliación, tiene intención de dejar su empresa.

  • Sólo el 33% de los jóvenes menores de 28 años, abandonaría su empresa si su entorno laboral dificulta la conciliación. Este índice es tan reducido por el impacto de la recesión económica, que se torna aún mayor entre las personas de esta generación.

  • Los empleados más satisfechos con la conciliación son los que trabajan en empresas de más de cien trabajadores.

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